La materia profundiza en el acompañamiento narrativo en escenarios de mayor complejidad relacional, comunitaria o emocional. A partir del análisis situado de conversaciones reales y de la práctica reflexiva, el curso fortalece la capacidad del estudiantado para conducir conversaciones de reautoría, integrar recursos como los testigos externos, sostener una postura descentrada pero influyente, y comprender los efectos identitarios que emergen durante los procesos conversacionales.

Esta asignatura continúa el camino formativo iniciado en Conversaciones transformadoras I, invitando a observar, desmenuzar y aprender de conversaciones reales para desarrollar una práctica narrativa ética, situada y colaborativa.

La materia profundiza en la escucha como una acción ética, política y relacional que posibilita la reautoría de las historias y la reconstrucción de significados en escenarios complejos. Se trata de un curso que invita a pensar y practicar la escucha más allá de la recepción pasiva de palabras: escuchar implica situarse, considerar los efectos de la conversación, reconocer los contextos culturales y emocionales implicados, y abrir espacios donde las personas puedan verse a sí mismas con mayor claridad, dignidad y agencia.

Esta asignatura da continuidad a lo aprendido en Escuchar como práctica narrativa 1, pero aborda dimensiones más densas: la escucha como acto de subjetivación, la escucha que confronta desigualdades, la escucha que repara, y la escucha que sostiene procesos de transformación identitaria en condiciones de mayor complejidad.

La materia se centra en el diseño y la conducción de conversaciones narrativas avanzadas a través del uso cuidadoso, estratégico y poético de las preguntas. Si en un nivel inicial las preguntas ayudan a explorar historias, en esta segunda etapa se profundiza en su capacidad para mover significados, abrir posibilidades identitarias y generar actos de reautoría en contextos complejos.

El curso explora cómo las preguntas pueden interrumpir discursos dominantes, despatologizar, descentrar al acompañante y acompañar a las personas hacia territorios narrativos a los que no podrían llegar en soledad. Además, se trabajan baterías de preguntas que honran relaciones significativas, amplían horizontes y permiten escuchar lo ausente pero implícito en el sufrimiento humano.

La materia profundiza en el arte y la ética de la escritura narrativa dentro de procesos de acompañamiento. Si en el primer nivel se introdujo la documentación como una extensión de la conversación, en este segundo nivel se avanza hacia el diseño cuidadoso de documentos capaces de reconocer voces, logros y saberes, sostener historias preferidas y generar efectos identitarios y comunitarios duraderos.

El curso invita a escribir desde la coautoría, la ética relacional y la responsabilidad social de la palabra escrita, comprendiendo que todo documento narrativo es un acto político que responde a relaciones de poder, memoria y comunidad. Se analizan modelos literarios y colectivos para afinar la sensibilidad y la técnica.

La materia profundiza en las formas en que la colaboración, la reciprocidad y la memoria compartida sostienen las historias que las personas, familias y comunidades desean fortalecer. Desde una mirada ética y relacional, esta asignatura propone explorar cómo los vínculos —consigo mismas/os y con otras/os— pueden convertirse en territorios fértiles para la reautoría, la dignificación de experiencias y la construcción de proyectos colectivos.

A través de ejercicios, reflexiones y demostraciones situadas, el curso invita a diseñar y facilitar procesos de vinculación narrativa que permitan reconocer las conexiones que han nutrido las historias preferidas, así como generar nuevas formas de estar con otras y otros desde el cuidado mutuo y la coautoría. De esta manera, el estudiantado desarrolla habilidades para acompañar procesos donde la confianza, el intercambio significativo y la sensibilidad cultural se vuelven elementos centrales.